Zona de Escarcha

Mes: octubre, 2018

Exorcismo

Un día y otro.
Bilis y coros de horror.

Cómo me saco de mí esto,
cómo completo mi armonía
sin recurri al ego
cómo me supero
cuando lo intento
si cada vez que llego
sigo siendo el mismo enano
de hace 29 años.

Qué puedo hacer
si mi horizonte se despierta
optimista
y el ocaso
es un reguero de mierda.

Vuelta a empezar.

En este caso no hay niebla,
tengo claro que no puedo seguir igual,
pero ser otro me da miedo
y ser el mismo me mata.

¿Por qué no puedo estar en paz?
Porque me pregunto,
me reinvento en este
en el siguiente minuto,
y seguirá
inevitable como el sueño,
como el hambre o la sed,
como estos nervios que corroen.

Cuánto tiempo más,
cuánto cuesta estar
en este cuerpo.

Quién quedará
en mi exorcismo
quién querrá
conocer debajo de la máscara;
una cala,
un itsmo,
una ínsula
erosionada
que busca un punto y seguido.

El dolor del alma
tarda en cerrar
y la hemorragia
nace como inspiración
en la Fuente de Castalia.

El mismo hilo

Sé lo que es escribir
a punto de llorar
y sé lo que es esperar
a que llegue el sentimiento.

Sé que la barbilla tiembla
y sé que los molinos sueñan
con ser humanos
pero nunca he sabido
por qué escribo contra mí;
por qué escribo a mi olvido.

Todos tenemos ese fuego,
todos podemos contar cuentos
pero cuántos de ellos se aferran a un clavo ardiendo
y cuántos más pueden alzar el cuello
siendo honestos con lo que son.

Dónde me llevas, oh musa,
en esta noche nubosa
sin melancolía
sin compañía;
mataría por tu prosa.

No sé si escribir esto es fácil
o es mi suerte
que me condena
a seguir de su parte.

Dime dónde irás
qué rumbo has decidido
en este ovillo que es el mundo
y en el que tú y yo,
hemos ido a caer en el mismo hilo.