Tú
por hielofatuo
Ni siquiera me fijé en ti.
La primera vez fui muy ingenuo,
te dejé demasiado terreno
y así
llegaste.
Las siguientes fueron un trámite
un intento de empate
que siempre acababa
en derrota aplastante.
Me has quitado el aire,
me has hecho hervir la sangre
o que estalle mi cabeza.
Tu compañía inesperada
ha hecho de mí un paria,
una ánima que vaga dando vueltas
un asceta en busca y captura
del calor:
mi única cura.
Ahogado más de mil veces
en las dudas:
¿quién soy?
¿pido ayuda?
Prefiero callar y
escucharte
ya que huir
no sirve de nada.
Lo peor es que ya no sé hacerlo.
Por eso cierro los ojos y entro,
tu juego
es el mío,
mis miedos
son tuyos.
Presa de un yugo
mudo de tal modo
que grito por dentro
y el mundo solo sigue:
gira sin freno
y aquí dentro
aumenta el nudo.
Y lo fácil sería culparte
de mis debilidades.
Nunca hice caso a mi abuelo,
nunca miré donde pisé,
pero si creyese que es tarde
no escribiría para dejarte
plasmada en este papel.